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Llega el verano y, con él, el cambio de calzado. Nos quitamos los calcetines y las medias y nuestros pies empiezan a sufrir por el roce de los zapatos y las sandalias. Te contamos cómo evitar las temidas y dolorosas rozaduras.
1.- Talla correcta
Hay que tener en cuenta que en verano el pie se dilata por el calor, por lo que este tiende a ancharse. Comprar el calzado con la talla correcta es algo fundamental.
2.- Crema hidratante
Aplicando un poco de crema de manos o corporal dentro, en los bordes y costuras del zapato, especialmente los de piel que son más duros, ayuda a que se reblandezcan y se adapten mejor a nuestro pie.
3.- Calcetines Pinkies
Recurrir a los clásicos pinkies Además de proteger hacen que, al contrario de lo que puede parecer, el pie vaya más fresco porque absorben la humedad y el sudor.
Con estos consejos esperamos que disfrutéis del buen tiempo y de la comodidad del calzado de verano.